
En el día de ayer se celebró el día del animal, por eso queremos homenajear a unos de los grandes compañeros del campo como lo es el caballo.
En el campo, lo que primero piensa uno es en el trabajo y a veces, algo tan simple como puede ser la selección de un caballo, no es tan sencilla. Por eso, a veces nos preguntamos qué es lo que debemos tener en cuenta a la hora de la elección.
“El caballo fue seleccionado a lo largo de millones de años por la naturaleza, básicamente pasó de ser un animal chico a un animal predado por grandes carnívoros o grandes felinos y adquirió, por esa característica de ser predado, una gran musculatura, gran velocidad y estar en alerta siempre. Todas esas características que hoy tiene el caballo fueron acompañadas por el hombre en la selección”, explicó el doctor Adrián Lucero, Médico Veterinario.
“Por ejemplo, el caballo de trabajo es un animal con mucha fortaleza, mucha mansedumbre, tiene un buen tamaño para enlazar, tirar un animal o para hacer distintos tipos de trabajos”, agregó.
Imagino que lo que no puede tener es miedo, sobre todo si tiene que encarar una tropa.
-Como digo que el caballo evolucionó, también va evolucionando la sociedad. Si bien es cierto que se trabaja menos de a caballo, también la cantidad de caballos que hay en el país, especialmente en la zona pampeana, es mucha.
O sea, hoy hay una gran industria del caballo deportivo, que es un poco el caballo de trabajo que se va adaptando a lo largo del tiempo.
También hay una gran industria de la prueba de riendas, con el talar como cabeza de dichas pruebas. Lo mismo sucede con el caballo de jineteada porque hay una selección para estos.
Hoy tenemos un caballo seleccionado para el trabajo, otro para las jinetadas y otro deportivo, que comparten determinadas características.
Es difícil poner porcentajes, pero cuánto hay del caballo y cuánto del trabajo del criador.
-La selección del hombre ha hecho el primer paso, logrando un caballo con determinadas características. Después por las manos por las que pase ese animal va a lograr tener vicios malos o sacar las mejores características.
No solamente la doma alcanza para el adiestramiento de un caballo deportivo o de trabajo, porque hay que alivianarlos, entrar en tranning y tener una dieta mucho más concentrada.
Obviamente que será distinto el caballo pura sangre de carrera donde uno necesita que el animal sea vivaz y competitivo. Para el deportivo debería suceder algo similar, pero con más mansedumbre.
-Dentro de los caballos de carrera también hay distintas líneas. Inclusive hay caballos pura sangre de carrera que se adaptan muy bien al polo.
Donde necesitamos velocidad y resistencia, el pura sangre sin dudas va a estar.
Llevándolo a la parte técnica, el caballo pura sangre te aporta mucha más cantidad de glóbulos rojos que otro tipo de razas.
¿También se elige un caballo para apadrinar?
-Los hombres que andan apadrinando sin duda seleccionan sus caballos. Necesitan velocidad, mansedumbre y muchas cosas más. Normalmente son caballos mestizos, muchas veces casi puros.
¿Se sigue jugando mucho al pato o el polo ha ganado ese lugar?
-El polo y el pato siempre estuvieron en el campo desde hace muchos años. El pato tuvo un auge en los años 60 o 70´, donde posiblemente se puso a la par del polo. Hoy en día se juega mucho más al polo porque es más federal. Si bien el pato es el deporte nacional, hoy se juega al polo básicamente en todo el país, inclusive en Tierra del Fuego.
¿Son deportes riesgosos para el amateurismo?
-Yo considero que al riesgo lo hace el ser humano. Seleccionando un caballo de buena calidad y bien entrenado, los riesgos se minimizan. Cuando uno anda al límite y el caballo seleccionado no está en condiciones, los riesgos se aumentan.
En tal sentido, la Asociación Argentina de Polo modificó algunas reglas porque este año hubo muchos accidentes.
A la hora de elegir un caballo para trabajar, ¿qué buscarías en el animal?
-Primero buscaría un caballo medianamente joven, que tenga buenos huesos, buenas patas, buena musculatura, que sea manso, rendidor y que aguante mucho tiempo sin cansarse. Después, que esté bien domado y que haya pasado por buenas manos para que tenga bien hecha la boca.
Todo lo que buscamos en los caballos deportivos también tiene que estar en los caballos de trabajo. De hecho, el caballo deportivo primero pasa por el trabajo del hombre de campo.
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