Una semana donde se vio el sostenido crecimiento del interés tanto de vacas como de toros, las dos categorías que siguen respondiendo, mientras que todo el consumo se mueve según días, según calidad y según necesidades, pero que no muestra sin embargo, un cambio claro de tendencia.
Está claro, el consumo está clavado: más allá de que el precio de la carne esté muy por debajo de la inflación, los 47 kilos repetidos por persona por año que marca el registro, muestra que no hay reacción posible, más aún, el precio de la hacienda en pie está un 20% por debajo de la carne en cuanto a valores interanuales, por lo cual el retraso aún es mayor, si lo comparamos con la inflación real. Un quebranto absoluto, para números que además en el engorde, ya superan los 25 mil pesos, una cifra que sigue llenando de interrogantes a todo un sector, que además comienza a ver sin demasiada esperanza, la clásica suba de fin de año, algo en lo cual todo el mundo basó sus expectativas de los últimos meses.
Apenas hubo algún máximo interesante en la semana del mercado agroganadero de Cañuelas, con promedios que tocaron los 320-330$ y algún techo de 370$ pero fue solo una jornada, para que el viernes en la previa de un fin de semana extra large, con mundial, con Argentina y con todos los estímulos por delante, dejara ver que las expectativas, están siempre por debajo de lo esperado al momento de las ventas. Justamente el efecto mundial tan esperado, podría ser un boomerang si las cosas no prosperan, en esta increíble Argentina que basa toda su economía y sus cambios, en una pelota de fútbol, algo que sin dudas no va a ocurrir y claramente habrá un grueso de la población que por más copa del mundo que se tenga, nada cambiará respecto a la depresión, el desánimo y la falta de expectativas en los negocios.
La invernada mostró otras señales, ahora sí el macho comenzó poco a poco a diferenciarse, tras las lluvias se notó la retención en muchos campos y será el factor más incisivo a la hora de los valores, toda retención posible y un mercado impositivo que por ahora en la ternera y más aún en los vientres, no se notó aún, sin capacidad de compra, sin créditos y con poco o escaso campo de cara al verano.
La ganadería está hace rato jugando las finales, primero con un gobierno obtuso y enceguecido, sin posibilidades de abrir sus exportaciones –con 7 cortes aún cerrados- como el sector necesita imperiosamente y sin ningún tipo de señal para que las cosas cambien el rumbo. Parece destinado todo un país a que como en la historia que nos precede, “solo el 10” nos salve a todos. Algo que podría ocurrir pero que también la historia nos muestra y nos enseña, que termina siendo a futuro, una condena para todos.
Carlos Bodanza
Para Radio Colonia y Campo Total Web
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