La semana del mercado dejó una semana de sostenimiento de valores en general, más allá de los ingresos, más allá de remates puntuales, más allá de que ahora sí, se han diferenciado definitivamente las zonas de lluvias con respecto a otras cuya situación ha superado cualquier límite, pasados mediados de noviembre y sin indicios de lluvia, sin primavera y con la toma de decisiones, que es crucial prácticamente a diario, así se vive cada uno de los días en que las lluvias no aparecen.
Lo cierto es que atrás quedó aquella semana de los más de 30 mil vacunos, cuando la que acaba de terminar, mostró 25.032 animales ingresados, con prácticamente cada día, alcanzando los valores de la semana anterior donde habíamos dicho que el mercado había soportado los ingresos, y esta semana con un ingreso más normal, muchos no dudaron en poner manos arriba y alcanzar buenos máximos de hasta 1150$ en animales no solo livianos, hubo ventas a la carne que estuvieron cerca de esos valores incluido, en novillos de más de 500 kgs. En el interior, los livianos fueron muy buscados y también se pasó los máximos de 1000$, todo un símbolo para ferias que disputan mano a mano los valores con el mercado de referencia, con enormes ventajas de cercanía, de gastos y los muchos frigoríficos que se acercan semana tras semana con propios dueños u operadores y se hicieron cargo de toda la vaca que salió al kilo, muy bien la gorda, sostuvo precios la manufa carnicera y el resto, las Chinas y de negocio siempre con manos arriba, mientras que el sondeo nos mostró, que las No Chinas, van por debajo de los 40$ por kilo, perdidas de cerca de 500 mil pesos por jaula, ese es el número que hoy pierde un productor al negarse a los sangrados.
En materia de invernada las cosas siguieron parecidas, si bien hubo remates puntuales donde por calidad el ternero trepó a valores realmente interesantes – se llegaron a pagar hasta 1500$ por un ternero de 200 kgs- el promedio rondó los 1300$, siempre con la ternera en los 1100$, un número que según la cámara argentina de feedlot, pone a pérdida el engorde, contando venta, reposición y valor de la comida, una situación que una vez marca, lo finito de un negocio que hace rato, dejó de pasar por lo productivo y tiene mucho más que ver con lo financiero, con el resguardo de capitales, con un flujo económico que no puede detenerse porque lo impositivo lo impide y porque siempre perder, es parte de este negocio que si bien es mucho más seguro que la agricultura de estos años de climas erráticos, siempre está ahí, marcado por valores que son controlados, por exportaciones que están limitadas, por tipo de cambio absurdo, por arrendamientos que están a valor agrícola y porque en definitiva en Argentina, producir carne es servicio público y no un negocio libre, donde se gana lo que el mercado permite sino lo que el gobierno de turno dictamina.
El lunes habrá otra historia por contar, el resultado será tal vez una señal para adónde pueden ir las cosas, pero lo cierto es que volviendo al inicio, el clima sigue siendo por lejos, el más votado de todos los candidatos en estos últimos tiempos. Por eso, más allá de que haya un nuevo presidente, hay cuestiones en ganadería que tardarán un buen rato en solucionarse, porque en definitiva, llueve agua y no pasto y donde llueve en demasía, las conclusiones son parecidas: mal vender, mal capitalizar y mal negocio. Cuando el clima lo disponga y cuando quien gobierne lo entienda, hay un negocio más real, más nuestro y más rentable que cualquier “Vaca Muerta”, la Vaca Viva, la que en definitiva, todos queremos.
Carlos Bodanza
Para Radio Colonia y Campo Total Web
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