Con la normalización de la cosecha argentina y el crecimiento sostenido en Brasil y Estados Unidos, el crush y el comercio exterior de harina de soja proyectan récords para este año.
La industria del procesamiento de oleaginosas se encuentra en pleno proceso de fortalecimiento a nivel mundial como consecuencia de la tendencia al alza en la capacidad instalada de las plantas procesadoras, un buen nivel productivo de soja de los principales países y la mayor demanda de aceite para biocombustibles.
Después de dos años de estancamiento, en el año comercial 2022/23 la producción de los principales aceites aumentó 10 millones de toneladas y en el ciclo 2023/24 se prevé un nuevo incremento de 5,1 millones de toneladas.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) realizado por Julio Calzada, Guido D’Angelo y Bruno Ferrari, en los últimos dos años comerciales el crecimiento del crush y en la producción de aceites 2022/23 tuvo especial participación la palma junto a la colza y el girasol, debido a que la molienda de soja a nivel mundial disminuyó por la gran sequía que atravesó Argentina.
Sin embargo, en la campaña en curso (2023/24) sigue aumentando el crush y la demanda de aceites global mientras que el crecimiento en la producción de aceite de palma, colza y girasol se desacelera fuertemente y el 45 por ciento del crecimiento productivo proyectado estaría vinculado a la soja.
Y esto implicará, paralelamente, un crecimiento importante en la oferta de harina de soja que se obtiene del procesamiento del poroto.
El crush en el mundo
De acuerdo con la BCR, Argentina se mantiene como el país con mayor capacidad de procesamiento medio por planta aunque muestra una baja en la cantidad de plantas activas y una elevada capacidad ociosa. Esto contrasta con el crecimiento en la capacidad de procesamiento de China, Estados Unidos y Brasil de los últimos años.
Actualmente, China es el país con más capacidad instalada y nivel de procesamiento anual, seguido por Estados Unidos y Brasil, con Argentina ubicado en el cuarto puesto en términos de producción.
En el ránking de exportadores de harina de soja, Argentina ocupa el primer puesto desde finales de la década del noventa – excepto en la campaña 2022/23 por la sequía - seguido por Brasil y en tercer lugar Estados Unidos.
Entre 2003 y 2013, Argentina más que duplicó su capacidad de crush de soja en el Gran Rosario, superando ampliamente a esos dos países. No obstante, “en línea con la mayor capacidad instalada fue creciendo el porcentaje de capacidad ociosa ya que la oferta total de poroto de soja no logró avanzar al ritmo de las inversiones”, indicaron los técnicos de la entidad.
Brasil y EEUU a todo ritmo
En la última década, Brasil y Estados Unidos aceleraron el aumento de sus posibilidades de crush, con la ventaja de contar con una amplia oferta de soja para introducir en el circuito industrial. En este nuevo escenario, Argentina reduce levemente su potencial de molienda y casi queda tercero en la tabla dado que Brasil crece en capacidad.
Si bien Argentina sigue manteniendo su primer puesto como exportador de harina de soja, en materia de competitividad, la brecha con Brasil se redujo significativamente en la última década.
“La principal amenaza es que tanto Brasil como Estados Unidos crecen en crush de soja, pero no terminan de introducir toda su producción de harina en el mercado doméstico para alimentación animal”, alertó la BCR.
Entre la campaña 2013/14 y 2023/24, los dos países incrementaron en poco más de 12 millones de toneladas su producción de harina de soja por campaña comercial. Brasil destinó el 50 por ciento de ese aumento productivo a la exportación y en Estados Unidos alrededor del 30 por ciento.
“Con las perspectivas de que ambos países sigan incrementando su corte para biocombustibles y demanden más aceite de soja, es factible que continúe aumentando el crush de soja y crezca la competencia por colocar excedentes de harina de soja en el mercado internacional”, advirtió la institución rosarina.
Harina de soja en 2024
Argentina, Bolivia, Brasil, Estados Unidos y Paraguay representan el 90 por ciento de las exportaciones mundiales de harina de soja globales. La BCR proyecta que estos países industrialicen 164,5 millones de toneladas de soja en 2024, lo que representa un aumento de 10 millones de toneladas interanual, superando el récord de 2022.
En 2023, el crush de Argentina se redujo en 11,32 millones de toneladas y solo pudo compensarse parcialmente con un aumento en el crush del resto de principales países. Pero en 2024, Argentina sería el principal motor del crecimiento en la molienda de soja entre los principales exportadores con un aumento en el crush de 9,8 millones de toneladas respecto a 2023, mientras que el saldo conjunto del resto de países bajo análisis sería prácticamente neutro.
Respecto a las exportaciones de este grupo de países, se proyecta que en 2024 alcancen un récord de 64,2 millones de toneladas. Argentina crecería en 8,14 millones de toneladas, lo cual se espera que limite el crecimiento en las exportaciones del resto de los principales países exportadores que caerían 2,16 millones de toneladas en conjunto. No obstante, “todo depende de cuan competitivo se mantenga Argentina, dado que se encuentra próximo a comenzar la campaña comercial 2023/24 y aún resta un gran crecimiento del programa de exportaciones al tiempo que Brasil contará con una buena cosecha y una presión de crush importante por la mayor demanda de aceite de soja para biocombustibles”, indicó la BCR.
Por el lado de las exportaciones de harina de soja, se proyecta un pico estacional exportador hacia mediados de año y una tendencia decreciente para los meses subsiguientes. Por otro lado, parece más difícil de que se rompan récords mensuales de exportación, dada la mayor volatilidad que tienen las exportaciones de harina frente al crush, aunque se espera que los volúmenes mensuales se ubiquen por encima del promedio de los últimos cinco años.
La industria de crush de soja crecerá este año en los principales países exportadores. No obstante, en la BCR destacan que aún hay dudas respecto de cómo se comportará la demanda de harina de soja, tanto a nivel doméstico de los países exportadores como de los países importadores.
“De momento, los precios FOB de la harina de soja se están abaratando, con una caída de 25 por ciento desde mediados de noviembre entre los principales orígenes de exportación. Esto se encuentra en línea con la mayor oferta de harina que se espera entre marzo y julio del actual año, pero el mercado todavía busca encontrar el piso en los precios”, precisaron desde la entidad. Sin dudas, esta caída de los precios es una mala noticia y una luz de alarma para Argentina ya que la harina de soja es su principal producto de exportación.
Principales productos de exportación
De acuerdo a los datos del Indec, las exportaciones del campo lideraron el ranking en 2023. En volumen, maíz, harina de soja y aceite crudo de petróleo lograron el podio con 23,9 millones, 17,4 millones y 6,9 millones de toneladas, respectivamente.
En valor, la harina de soja fue el producto que mayores ingresos trajo al país, con U$S 8.249 millones. Le siguieron el maíz, con U$S 6,212 millones y utilitarios, con U$S 4.771 millones.
Fuente: Clarín Rural