El espacio ganadero de hoy lógicamente esta vez no viene desde el mercado o desde las ferias, sino desde la reconocida “Cátedra” de la ganadería Argentina donde durante toda la semana, se vivió no solo el mercado, las juras, el ambiente y esto que siempre mencionamos para un mercado de extrema sensibilidad a “señales”, vivió sensaciones y allí estábamos para intentar compartirlas.
Lo primero por decir que números más o números menos, el mercado que “partió desde Palermo” vendió más de 130 mil vacunos, una cifra contundente a todas vistas, con las principales casas consignatarias desfilando por tribunas, salones, pantallas, webs y reproductores en rings de ventas. Fue una semana especial, claro que lo fue, si seguimos con un clima que no trae lluvias para zonas complejas y promete más fríos en pocos días, si vemos un dólar cuya “grieta” no mejora, si entendemos que se juntaron muchísimos lotes de calidad, todos de la mano del regreso de los plazos, con cambios de tasas y un llamado a inversión a todo grito. Así se manejó, así vivió el mercado que tuvo a la invernada como la gran protagonista de la semana, con valores de terneros que fueron fluctuando, con promedios que estuvieron en 2550$ para el macho y 2260$ para las hembras, es cierto, vimos muchos lotes superar los 3000$ en lotes de referencia y livianitos volar por las nubes, pero que marca que cada vez que el dólar ajusta, el ternero lo sigue de cerca.
Vimos cambios en el gordo, con valores a la carne que mostraron categorías de exportación con frigoríficos muy afirmados, con vacas que esta semana tuvieron un cambio de aire, promedios de 1500$ principalmente para la vaca gorda, muy buscada, ante la ausencia de buenos lotes de calidad livianos que según todos los analistas, tendrá un aluvión de salidas allá por Septiembre, pero que al menos nosotros dejamos el interrogante de saber que ante semejante “planchazo” del valor del consumo estos 7 meses, tarde o temprano con o sin oferta, con mostradores o sin ellos, tendrá que alcanzar la inflación, no hay manera de que no ocurra, con el ternero de reposición allá arriba y los costos golpeando la puerta con ganas de tirarla abajo.
Cañuelas quedó en segundo plano, con apenas 20 mil animales en la semana, donde todo se fue a Palermo, y allí vivimos las sensaciones de miles de productores que ponen toda su esperanza en Primavera, en el clima y en un gobierno que tarde o temprano, tendrá que encaminar la economía pero no solo la macro, sino la de la calle, la de Doña Rosa que bien o mal, es la principal cliente en un mercado que sigue aún totalmente cautivo, del mercado interno.
Hubo juras, hubo ventas de reproductores, hubo actores políticos, económicos y productivos, transitando por filas, tribunas y salones, pero sobre todas las cosas, hubo como nunca, una demostración contundente del enorme poderío de la ganadería Argentina, por calidad, por genética, por conocimiento, por desarrollo, por herramientas y por capacidad de mejorarse.
Es cierto, tal vez los números no la muestren como de máxima eficiencia, pero aquí quedó demostrado que son muchos los que empujan para que eso cambie y que los que aún solo “tienen vacas el campo”, cambien la mirada, ajusten sus manejos y se suban a este verdadero tren que tarde o temprano, volará en sus carriles hacia el mundo que lo vimos claramente durante esta muestra, lo espera de brazos abiertos, siempre y cuando entienda que hay exigencias, miradas y cuestiones, que deben salir definitivamente de una mirada de focos cortos. Palermo una vez más, es el faro ganadero al mundo y esta semana, alumbró más que nunca.
Carlos Bodanza - Para Radio Perfil y Campo Total Web
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