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Libres, por 500 veces más
29.09.2019 | 11:52

"Un día me largué por el camino, como una arena más que lleva el viento, me eché a la huella y esperé su aliento. Sin mucho apuro ni mayor destino. Quién puede predecir si es desatino, transformar en distancia el elemento”, lindas palabras del Pampa, para arrancar estos 500 que nos marcan a fuego, que nos obligan a mirar para atrás, que nos invitan a entender que hacemos acá, después de todo lo andado.

Y uno podría decir mil cosas, tantas vivencias, tantos domingos tempraneros, fiacas perdidas, noches poco aprovechadas, pero un mar de satisfacciones gana por goleada cualquier retranca y nos saca muchas sonrisas, recuerdos, amigos, charlas, vinos, asados, rabietas, enojos, discusiones, más abrazos, encuentros, rutas, hoteles, campos, potreros, cultivos, corrales, corrales y muchos más corrales. Y en esas cosas por decir, solo se puede repetir gracias.

Un gracias de los grandes, de los más sinceros que puedan salir desde el alma. Primero a los que confiaron y confían en más que un auspicio, a los que entendieron que esto no era un programa de radio, que este era simplemente el amplificador de mil materas, de cientos de charlas en los remates, de las discusiones de café y de lo mucho por decir, que cada uno de ustedes, podía reflejar en un micrófono. Y tratamos de hacerlo, siempre con la opinión propia, le guste a quien le guste, porque créanme, por suerte, a muchos no les gusta lo que decimos y ahí, es donde Mañanas de campo crece.

Gracias a todos aquellos que siempre se toman un minuto para saludarnos, para agradecernos y también a los otros, a los que más de una vez, nos miraron con recelo, inclusive hasta pensaron que podíamos ser como una competencia, como una piedra en el zapato y una vez más, allí Mañanas de Campo, creció.

Gracias a esos amigos del camino, que nos abrieron sus tranqueras, sus cocinas, sus oficinas, sus escuelas, sus rurales y en muchos casos, sus casas, donde en más de una ocasión, cena, charla y vino mediante, me dejaron entrar en las entrañas de cada pensamiento y compartir la hospitalidad jamás perdida.

Como no decirle un gracias muy grande a nuestros colegas, esos que comparten horas con nosotros y son parte de esta enorme familia que transita largas jornadas, que nos permitieron copiar cada uno en lo suyo, algunos el desparpajo, otros, la seriedad, muchos la capacidad y todos, absolutamente todos, las ganas y el esfuerzo.

Poco por decir de Pablito, Pepe, Eduardo, Gustavo y recientemente Baltazar, todos potenciadores de una idea que no tiene guión, porque créanme, cada uno de ellos dice lo que piensa, dice lo que siente y está acá, porque le gusta, porque por un rato, puede multiplicar sus ideas y sus conocimientos.

Y cómo no decirle gracias a las dos radios, Universal que nos dejó volar, que nunca nos puso un techo, que permitió que estos potros a veces desbocados, retocen, como lo hacen hoy en la Brújula y que ante el más mínimo bozal, todos saben que saltaremos el cerco que haya que saltar, porque nos gusta ser libres y en esa idea, crecemos.

Desde ya, gracias a la familia, por todo su tiempo regalado, por los cientos de días ausentes, por esperar el regreso, por no tener jamás un no a todas esas ganas del camino.

"Si quiere ser hombre libre cante por la libertad, La lucha por la verdad se ha hecho para los varones, Ladearse de los maulones alcanza para empezar"

Simplemente, a todos, muchas gracias….

Carlos Bodanza                                                                                           

Para Mañanas de Campo