× Inicio Agro Clima Hacienda Eventos Opinión Radio Agenda de Remates
¿Qué aprendimos de los Censos?
17.11.2019 | 09:56

El Censo Nacional Agropecuario 2018 habló, mostró una radiografía del campo, como para que los productores agropecuarios, las entidades y el propio Estado utilice esta valiosa herramienta para dimensionar a un área estratégica económica y productivamente que aporta al país más de dos tercios de las divisas y posee una alta correlación con el Producto Bruto Interno.

El último Censo había sido en el 2002 e irresponsablemente no se realizó en 2012, pues las hormonas no dejaron que actuaran las neuronas. Hubo un lapso de 16 años donde hubo profundos cambios y, al no existir una actualización de las mediciones, no se pudo hacer un seguimiento de aquellos temas que son cruciales en lo económico, político y principalmente, sociales.

Uno de los puntos críticos que este Censo 2018 nos muestra es que entre el 2002 y el año pasado, los establecimientos agropecuarios se han concentrado más. Los guarismos muestran que hay un 25% menos de explotaciones agropecuarias y si los comparamos con el Censo de 1988, esa brecha es de un 50%.

De esta manera, la cantidad de hectáreas promedio fue aumentando desde 1988 hasta ahora. Por entonces, eran 352 hectáreas la superficie promedio de una explotación agropecuaria; en el censo de 2002 ya eran 550 hectáreas y ahora, 690 hectáreas.

Estos indicadores nos deberían preocupar y ocupar, pero no sólo a quienes estamos en relación directa con el sector agroindustrial, sino también los políticos.

El dato positivo es que en las explotaciones agropecuarias con tipo jurídico persona humana o sociedad de hecho no registrada, se relevaron 223.292 productores y socios, de los cuales el 21% son mujeres y el 16% tiene menos de 40 años. Cuando comparamos el porcentaje de mujeres que conducen establecimientos agropecuarios, éste se ha elevado significativamente, cuando en el Censo de 2002 el porcentaje era del 10%. No por nada el coordinador del Censo, Agustín Londola afirmó que “la Argentina tiene uno de los números más altos de mujeres conductoras de campos agropecuarios de América Latina.

Cuando el Censo de los resultados finales, y los podamos comparar con el realizado hace 16 años, habrá mucha información para comparar y vislumbrar las tendencias. Los economistas dicen que a las estadísticas hay que apretarlas hasta que comiencen a brindar aquellos números que nos orienten hacia mejores caminos. En esta tarea nadie tiene que hacerse el distraído y menos el Estado.

Cuando Domingo Faustino Sarmiento realizó el primer Censo Nacional en 1869 salió a la luz mucha información. Por ejemplo, en cuanto al oficio desempeñado por los argentinos de fines del siglo XIX, surgió que había 439 abogados, 8.653 agricultores, 240 arquitectos, 2.307 educadores, 191 ingenieros, 9.602 militares, 1.781 mineros, 438 médicos y la nada despreciable cifra de 1.047 curanderos. Pero lo más importante fueron dos conclusiones claras que surgieron de ese primer censo: el país era un desierto que debía poblarse y educarse si se deseaba instalar una República y una democracia en toda su extensión. Por lo experimentado, los argentinos del siglo XX y de comienzos del siglo XXI, a juzgar por cómo está distribuida la población y los oficios, no hemos aprendido nada…

José Luis Ibaldi

Para Mañanas de Campo